‘Show mediático y justicia selectiva en Tijuana’
El pasado viernes 12 de diciembre quedó en evidencia una dinámica que muchos ciudadanos ya habían señalado: la atención de las autoridades no siempre responde a la gravedad de los casos, sino al nivel de exposición mediática que estos generan. El alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, y la síndico procuradora, Teresita Balderas, recibieron personalmente al director de la “Clínica Jireh”, aprovechando la visibilidad y la notoriedad pública que adquirió el caso de un presunto acto de corrupción en el que fueron señalados elementos de la Policía Municipal de Tijuana, gracias a los videos de la llamada “Patrulla Espiritual” en redes sociales.
No se trata de denostar o desestimar la denuncia del ciudadano — Aquí lo hemos dicho muchas veces — las redes sociales y los medios de comunicación no son para litigar, para eso están los tribunales y las autoridades competentes.— Esto corresponde a la Fiscalía General del Estado (FGE) y la investigación administrativa interna a la Comisión del Servicio Profesional de Carrera de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal y a la Sindicatura.
Lo relevante, y sorprendente, es que estas autoridades decidieran atender personalmente un caso que se volvió mediático, mientras que cientos de ciudadanos de a pie, periodistas, reporteros y otros medios de comunicación que le han solicitado ser recibidos en audiencia a estos funcionarios a traves de sus secretarios particulares, nunca fueron atendidos. Tanto el alcalde como la síndico son, en general, inaccesibles, lo que refuerza la percepción de que su actuación responde más a la notoriedad pública que a la obligación institucional. Aquí queda claro que — quisieron colgarse del asunto, aprovechando la visibilidad y la notoriedad pública que generó el caso para capitalizar políticamente la atención.
Casos similares ocurren a diario en Tijuana, pero sin la atención mediática que los haga visibles. Esto evidencia que lo cotidiano y lo urgente queda relegado, mientras lo mediático se convierte en escenario para la exhibición y la capitalización política. La ciudadanía percibe, con razón, que muchas decisiones en la política local se toman más por la oportunidad de aparecer en redes y medios que por responsabilidad institucional, lo que erosiona la confianza y cuestiona la equidad en la aplicación de la justicia.
Este asunto se convirtió en un verdadero ‘show mediático’, en el que la visibilidad y la notoriedad pública determinaron la atención de las autoridades. Mientras tanto, miles de ciudadanos “invisibles”, que no cuentan con el número de seguidores o la exposición mediática suficiente, siguen sin ser escuchados ni atendidos. Aquí queda claro que la actuación del alcalde y la síndico refleja más un acto de campaña y capitalización política que un compromiso con la justicia y la atención constante de los problemas de la ciudad.
No se trata de defender ni exonerar a los policías, a quienes hemos criticado y señalado con pruebas en múltiples ocasiones. Sin embargo, es evidente que la síndico y el alcalde carecen de asesores y mecanismos que les permitan atender de manera eficiente todos los asuntos y aunque los tengan, poco les ayudan.
Además, siempre se actúa con dureza solo en contra los policías municipales y contra exfuncionarios de administraciones anteriores, mientras tanto, algunos altos
funcionarios de la actual administración, entre ellos —directores, secretarios y delegados — incluso personal de la propia Sindicatura, particularmente de la — Dirección de Asuntos Internos, han
permanecido impunes e intocables, aun cuando existen señalamientos reiterados por irregularidades.
Basta mencionar todo lo que sucede dentro de la Secretaría de Movilidad de Tijuana, los abusos en los puestos de alcoholimetro y por años, todo lo que pasa con las concesiones de los —Corralones municipales, en todos estos casos los funcionarios han sido ampliamente señalados por diversas situaciones irregulares y actos de corrupcion, sin que hasta ahora existan investigaciones contundentes y formales con sanciones ejemplares.
Esta selectividad refuerza la percepción de que solo se castiga a los de abajo, mientras que los altos mandos permanecen al margen de cualquier escrutinio legal y que nunca sucede nada y, a eso le llaman ‘hacer politica’.
Información de Redes sociales.











